Me llamo José María Puya, soy divulgador alimentario, tecnólogo alimentario y dietista-nutricionista.
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En un sorprendente avance tecnológico, la empresa Air Protein ha logrado extraer proteínas directamente del aire. Si bien aún se encuentra en una fase temprana, este proceso alimentario tiene el potencial de revolucionar la industria y transformar parcialmente la manera en que nos alimentamos.

El origen de esta innovadora idea se remonta a la década de los 60, cuando la NASA llevó a cabo un experimento con microbios capaces de convertir el dióxido de carbono en un sólido comestible. Aunque en aquel momento se consideró una posible fuente de alimento para astronautas, el proyecto quedó en el olvido. Sin embargo, Air Protein retomó la investigación años después y se asoció con la potente empresa Archer Daniels Midland para continuar con el desarrollo de la tecnología.
La complejidad de este proceso es innegable, y su éxito se debe a años de investigación y esfuerzo. Actualmente, se ha logrado obtener sólidos a partir de partículas de dióxido de carbono, lo que representa un hito significativo en la producción de proteínas comestibles.
Este nuevo tipo de carne, aunque todavía se encuentra en una etapa temprana, ha despertado un gran interés en la comunidad científica y la industria alimentaria. La posibilidad de contar con una fuente de proteínas sostenible y de bajo impacto ambiental abre un sinfín de oportunidades para el futuro de la alimentación.

No obstante, es importante reconocer que el camino hacia la comercialización masiva de este tipo de alimentos puede ser desafiante. En sus primeras etapas, los precios serán elevados en comparación con carne tradicional. Sin embargo, es fundamental recordar que la comparación con productos conocidos no siempre refleja su verdadero valor y potencial nutricional.
Debemos tener en cuenta que actualmente estamos viendo avances significativos en sustitutos del huevo, los cuales se están acercando a precios competitivos con los huevos naturales. Esto demuestra que, con el tiempo y el desarrollo tecnológico adecuado, es plausible que la carne cultivada y otros nuevos alimentos alcancen niveles de precios más accesibles.
El camino hacia la madurez técnica y el desarrollo masivo de estas tecnologías será un proceso gradual y requiere perseverancia. Sin embargo, si se logra superar estos desafíos, las recompensas podrían ser verdaderamente extraordinarias. Estamos ante una investigación inabarcable que tiene el potencial de transformar nuestra forma de alimentarnos y proteger nuestro medio ambiente.